David Samuel

y Los Problemas De Macario

En la inmensidad que el sol nos revela, cuando el mismo muy despasito se va.

Va tomando camino hacia la montaña un frisian con su jinete montado; a su Cavalgar, a probocado algunas cuantas tristes notas sobre el empedrado, que entre las sombras se desvanecen y poquito a poco se dejaran de escuchar.

Algunos conocen a ese jinete como el hombre de la mirada sombria.

Que habla muy poco mientras piensa con demasía.

Muchos dicen que es un loco que no encuentra consuelo,

los pastores lo vieron en la cima con la oscuridad llorar,

admirando los destellos del cielo negro, tambien de ahí se podía mirar a lo lejos a la ciudad como si se prendiese intensamente en un fuego.

La luna era muy clara, la noche intensa ¿qué puede más dar que alguien lo entienda?

En la busqueda se pierde la meta y la meta se encuentra inmersa en la propia salida de nuestro ser tan atado.

A nuestros propios deseos muy humanos, a nuestros escombros, por nuestra piel que se hace polvo y que aunque somos libres deseamos estar encerrados.